miércoles, 5 de noviembre de 2014

Templo.

 ¿Alguna vez os he hablado del templo de la Luna?
Es... es simplemente precioso.
Sus columnas de mármol se elevan metros y metros del suelo hacia una cúpula redondeada con un agujero en el centro.
Supongo que este agujero es para que las noches de Luna llena en Elrhir anochezca. Los lobos merecen admirar y aullar a la Luna.
Hay un curioso "estanque" de aguas cristalinas, igual de azules que las del bebedero del Lago. Imagino que en él, la luz de la luna juega con sus rayos.
El mármol es blanco perla, casi grisáceo, pero muy puro. Con betas azules y verdes. Es frío y suave al tacto. Reconforta mucho tocar esas bases duras y heladas.

 Ese lugar es para ella. Para que pueda venir a ver a sus lobos. Todos los lobos son de la Madre Luna.
Es el lugar que se creó para ella.

 Hay plantas en los alrededores iguales a las que rodean a Nahedros, brillantes, que titilan y hablan entre ellas. Preciosas y místicas. Vivas, más aún que una planta normal.
No tiene puerta, solo un arco ribeteado de dorado y enmarcado en runas. No necesita puerta, los templos se guardan solos y pocos pueden atravesar sus puertas. Hay que ser puro. Pertenecer al bosque, a la naturaleza.

 Me maravilla ver como esos seres de luz que parpadean dorados están por toda la estancia. Parecen ser lo que le da vida al bosque, las vocecillas que mantienen informada a Kenthiray de todo lo que pasa.
 Se respira paz y tranquilidad, amor... Se respira vida y poder. Pero no el tipo de poder que corrompe, es el tipo de poder que purifica, cura y regenera. El poder de la Luna.

2 comentarios:

  1. ¡Que bonito! Me encantan este tipo de descripciones, poder crear lugares fantásticos es genial. Me gusta mucho tu forma de escribir.
    Saludos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, de verdad. ^^ Espero que los demás te hayan causado la misma impresión. Saludos. .3

      Eliminar