lunes, 1 de julio de 2019

Recuerdos.

Y allí estaba la reina, sentada en su butaca favorita, la de sus aposentos. Era roja y dorada cómo los ropajes de ella, siempre rojo, dorado... Y negro.

La joven monarca estaba enfrascada en un gran libro tambien encuardenado en rojo, en una tela aterciopelada y con ribetes dorados. En la tapa del libro se podía leer "Historia de Elrhir" en un negro gastado pero aún marcado.

—Ha pasado tanto tiempo, viejo amigo... —dijo para si misma Kenthiray, pues estaba sola en el cuarto y le daba la sensación de que hasta en el propio castillo, pues no se oía nada, nada en absoluto... Quizá todos sabían que ella también necesitaba tiempo a solas de vez en cuando.

Largo era el tiempo que había pasado sin entrar en su Hogar y la nube de la nostalgia hoy nublaba su mirada. Pasó las hojas, releyendo relatos que ella misma había escrito pero que recordaba de forma vaga. Había muchas hojas en blanco que aún no habían sido ni siquiera empezadas, pero ella sabía que poco a poco la historia, ahora distinta, se iría escribiendo sola.

Miró por la ventana, el sol refulgía con fuerza y el cielo azul hacía que todo pareciera vivo, hasta el aire que entraba por dicha ventana. Kenthiray sonrió y dejó el libro sobre la mesita frente a la butaca, se levantó y salió al balcón, respirando profundamente.

—Por fin... Por fin estoy en casa...—murmuró, sonriendo más aún.

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