domingo, 5 de octubre de 2014

Yunhir.

Apareció como un suspiro.
Los rayos del Sol cegaban a la joven, que miraba a las alturas tapándose el rostro con el dorso de la mano. Una sombra tapó por un momento el resplandor y bajó hacia la joven, pero esta no retrocedió. Alzó su brazo izquierdo sin darse cuenta y un gran águila real se poso en éste, mirándola.
Escuchó un nombre retumbar en su cabeza un momento y el ave, majestuosa, alzó el vuelo

Ya estaba confirmado, empezaban a aparecer los guardianes, y aún quedaba el mas poderoso. El ya estaba por los alrededores, ella lo sentía. Había estado detrás suya en el claro cuando Kuzuri y Keenna la invitaron a ir y hubo que combatir el fuego con fuego, protegiéndola. Ya sabía cual era su forma, solo quedaba la presentación
La joven llevaba una túnica con capucha pero sin mangas, dorada como el brillo de sus árboles. Estaba abierta y dejaba ver un bestido blanco con rebordes de oro, casi ceñido al cuerpo pero con dos grandes rajas a los lados de las piernas. El pelo negro y rizado le caía sobre los hombros. Sus ojos brillaban.
Una rafaga de suave brisa hizo presencia y oyó el susurro de los arboles, había paz, quietud y vida. Al fin comenzaba a ser su Hogar, las runas refulgian, empezando a dibujarse con mas intensidad. Aún quedaba trabajo, pero ya no estaba sola.

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